SE BUSCA PAPÁ

Capítulo 1 CAPITULO 1

– ¡Pero ¿Qué mierda?! –Observo al ver todo mi concesionario lleno de policías- ¿Mariana qué diablos está pasando?

– Debes irte ahora del país –Me dice alterada, empujándome por la salida de emergencia-

– ¿Pero por qué yo no he hecho nada?

– Escuché decir a uno de los policías que te buscan por lavado de dinero

– ¿Qué? Pero de qué hablas, ¡No! Debo quedarme y aclarar esto

– Erick debes irte, ok, yo voy a resolver todo esto pero debes irte del país ¡YA!

– Pero yo no tengo nada que ver en esto, es una equivocación Mariana

– Erick vienen por ti, tienen orden de arresto en tu contra y en un caso como este después de unas elecciones presidenciales, donde el candidato electo va en contra de la corrupción y los delincuentes todos quieren ganarse su lugar si te atrapan no te dejaran ir vete ahora

– ¿A dónde me voy a ir?

– -Se encoje de hombro, con la mirada puesta en el ascensor- Vete a un país que no tenga extradición no sé Panamá, Bélgica, no lo sé pero vete y déjame a mi

Asentí decidí hacerle caso a Mariana, es mi abogada y mi mejor amiga de la infancia, ella sabe lo hace; Baje las escaleras lo más rápido que pude, mi corazón estaba acelerado y mis pulmones ya se estaban quedando sin aire por bajar los quince pisos, al llegar a planta baja vi mi auto estacionado pero habían varios policías muy cerca, me escondo detrás de una pared, a lo lejos observo un taxi acercándose me quite el saco y afloje mi corbata cuando mire que el taxi estaba más cerca, camine lo más rápido y calmado que pude y lo detuve me monté de inmediato y le di la dirección de mi apartamento al chofer

– ¿Usted trabaja en esa empresa señor? –Su voz me saca de mis pensamientos y lo miro observándome por el espejo retrovisor-

– ¿Eh?

– ¿Qué si usted trabaja en esa empresa?

– -Niego rápidamente- ¿Usted sabe lo que pasa ahí? –Se ríe-

– No, esperaba que usted me contara, debió ser algo muy grave por la cantidad de policías que había en el lugar

– ¡Oh, entiendo!, no yo estaba… caminando vi el revuelo pero… no le preste atención –Me observa frunciendo el ceño-

– El edificio de la izquierda por favor, -Se estaciona y le pago- Quédese con el cambio

Entre rápidamente al edificio aunque con cautela, no había policías, algo raro si me buscaban a mí, sentí alivio al llegar a mi piso y no encontrar a ningún policía, definitivamente esto es una confusión puede ser que Mariana ya aclaró todo, entro rápidamente y subo a mi habitación tomo una maleta de mi armario y comienzo a lanzar ropa como loco, entro al baño y tomé los artículos necesarios, pasta dental, cepillo, crema de afeitar, loción, rasuradora.

Abrí mi caja fuerte y saqué todo el dinero que allí tenía, escondiéndolo bien en la maleta.

Me detengo en seco al escuchar mi celular dejo los artículos de baño en la maleta y veo el nombre en la pantalla >

– Dime que resolviste todo

– ¿Dónde estás?

– En mi apartamento donde más

– Sal de ahí de inmediato Erick la policía va para allá, no es una confusión te buscan a ti por lavado de dólares y consiguieron grandes cantidades de dinero en los nuevos autos que llegaron ayer

– ¿Pero de que me hablas?

– Sal de ahí de inmediato

Me cuelga y el temor invadió cada parte de mi cuerpo haciendo temblar mis manos, estoy abrumado y confundido no sé qué demonios está pasando, yo no tengo nada que ver de lo que me acusan, soy un empresario honrado, todo lo que he conseguido ha sido sin infringir la ley, cierro la maleta y dejo el celular en la cama no me servirá de nada a donde me vaya, camino hasta la puerta cuando escucho las sirenas policiales, en eso sentí mi rostro palidecer, me acerqué a la ventana y habían llegado cinco patrullas, salí rápidamente de mi apartamento y baje por las escaleras de emergencia- me escondí en el cuarto de limpieza del piso uno, esperando la oportunidad para salir, abrí la puerta y vi por la rendija cuando no vi ningún uniforme azul salí mirando a todos lados, antes de salir me cambié de ropa me puse un conjunto deportivo y me coloque una gorra, llegue al estacionamiento y estaba despejado, camine colocando la maleta en la parte de adelante al salir me escondí detrás de un arbusto los policías entraron al estacionamiento y estaban interrogando al portero de mi edificio que le decía que no me había visto salir, como pude me escondí y probé con un auto a ver si corría con suerte y estaba abierto, cerrado ¡Mierda! Caminé agachado probando con otro y luego con otro el cuarto fue la vencida estaba abierto, me subí y mire hacia atrás viendo aun los policías estacionados en la entrada de mi edificio.

Corte los cables con mi navaja y logré encender el auto y arranco lentamente sin llamar la atención y rogándole a dios que nadie salga a reclamar por el robo del auto…

– ¡Genial Erick! Ahora súmale a tu orden de aprensión robo de autos

Pienso a donde ir, no puedo llegar al aeropuerto privado porque seguramente los policías estarán allí, sin más me toca ir al aeropuerto cuando llego solo veo policías de tránsito, estaciono y saco la maleta y me pongo mis gafas, camino hasta la entrada tratando y agacho la cabeza para que las cámaras no me vean, en verdad parezco delincuente al pensar en todos estos detalles camino hasta las recepciones de las aerolíneas y se ocurre una idea

– Buenas tardes ¿Qué desea señor? -¿Es en serio? Esa es su pregunta

– Quisiera un boleto para Bruselas, Bélgica por favor quisiera salir ahora mismo, pagaré lo que sea

– Tiene suerte hay un vuelo que saldrá en una hora

– Una hora… Ok perfecto, -le di mi pasaporte con nerviosismo, sonreía cada tanto para que no se me notara, ya había tenido mucha suerte hasta ahora, seguro ya estaba boletinado y me atraparían pero no fue así-

– Tenga señor, puerta embarque número seis

– -Tomé el boleto sorprendido, asentí y sonreí- Gracias señorita –Camine hasta otra aerolínea y decidí comprar otro boleto para Panamá, mientras compraba el otro boleto me decía a mí mismo que esto iba a acabar mal, me atraparían, el vuelo a Panamá salía en quince minutos así que fue a la puerta de embarque numero dos me coloco en la fila tratando de actuar lo más tranquilo y normal posible, llego el momento y abordé el avión

– ¡Por favor que mi plan funcione!…

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