Capítulo 1 Un extraño guapo
«No me siento muy bien…», aunque la iluminación en el lugar era tenue, se llegaba a distinguir la figura esbelta de la chica. Ella se echó sobre las sábanas de una manera perezosa y soñadora, atrayendo de inmediato la atención de Kerr Gu.
«¿Qué? ¿Quién te dejó entrar?».
A pesar de que no podía ver claramente cómo era la chica, era evidente que se trataba de una belleza. Acercándose a la cama, el hombre le levantó la barbilla para descubrir la identidad de la misteriosa mujer en su cama. Un segundo más tarde, ella se levantó repentinamente de un salto para abrazar su cuello, jadeando como si se estuviera ahogando:
«Por favor… Ayuda…».
La forma en que se aferró a él y respiró junto a su oído hizo que Kerr perdiera los estribos; ¡no podía soportarlo más!
Habiendo crecido en una familia rica, él había visto y hecho muchas cosas malas y oscuras, así que no sería gran cosa aprovecharse de esta pobre y aparentemente drogada chica.
‘Alguien con acceso a mi habitación debe haber recibido instrucciones de traerme a esta mujer, tal vez para subirme el ánimo’, pensó con una sonrisa tortuosa dibujándose en sus labios.
Con esto en mente, se inclinó para besarla sin dudarlo.
Ring, ring!
Los ojos de Nicole Ning se abrieron, despertándose con la alarma del teléfono que sonaba todas las mañanas. Comenzó a frotarse los ojos, mientras intentaba erguirse para apagar la alarma, pero de repente sintió que algo andaba mal…
‘¿Qué? ¿Por qué estoy desnuda? Y… ¿Quién es este hombre a mi lado?’, pensó, cubriéndose la boca con la mano para reprimir un grito.
Frotándose las sienes, trató de recordar la serie de eventos que le habían ocurrido el día anterior:
‘Bueno… Recuerdo que Gregory me dijo que tenía una sorpresa para mí y me pidió que lo esperara en el hotel. Entonces Fiona me sirvió un vaso de agua… Me lo tomé…
Y luego… ¡Comencé a sentirme mareada y me trajeron a esta habitación!’, sus ojos se abrieron en estado de shock. Llevaba tiempo sospechando que había algo entre su novio y su mejor amiga, Gregory Song y Fiona Zhao. ¡Pero nunca se imaginó que conspirarían contra ella así!
La mujer se levantó de la cama y se vistió rápidamente, con la intención de ir a buscar a su novio y a su amiga, pero, justo cuando estaba a punto de irse, se acordó del hombre que dormía junto a ella. A pesar de que estaba drogada, este le preguntó varias veces si estaba de acuerdo con lo que hicieron la noche anterior. Para ella, eso lo hacía parecer bastante inocente.
‘¡Es muy guapo!’, pensó mientras miraba sus rasgos afilados. ‘Bueno… Como es tan guapo, supongo que esto no fue tan malo’, se encogió de hombros. Luego, sacó algo de dinero de su bolso y lo puso junto a la cama, antes de irse en silencio.
Sin tiempo que perder, ella tomó un taxi para ir directamente a la casa de Gregory. Durante el viaje en automóvil, imaginó innumerables situaciones que le esperaban allí, pero cuando por fin llegó, encontró algo sorprendente.
Había ropa esparcida por todo el piso, que conducía hacia la habitación. ¡Incluso encontró la corbata azul oscuro que ella le había regalado! Pero ahora estaba tirada allí, como si fuera basura.
Poco a poco, se dirigió al dormitorio e intentó espiar lo que estaba sucediendo adentro. La puerta quedó un poco entreabierta, así que fue muy fácil para ella escuchar sus voces y gemidos. Sin poder soportarlo más, agarró los tacones que estaban en el piso y los arrojó hacia el hombre y la mujer en la cama.
«Tal vez la próxima vez deberían cerrar la puerta para que nadie pueda ver lo sinvergüenzas que son. Pero no sé si tendrán la mitad del cerebro para recordar eso».
Tan pronto como Gregory vio su cara enfurecida, agarró la manta e intentó cubrirse. Mientras tanto, Fiona tomó la camisa de hombre que estaba al pie de la cama para ponérsela. Luego, se levantó y se acercó a Nicole.
«Déjame ser sincera contigo; como ya nos sorprendiste, no tiene sentido seguir escondiéndonos. Gregory y yo…».
«¡Por lo menos vístete primero!», reprochó Nicole, apartando la vista, como si la imagen le lastimara los ojos, «¿No te respetas ni tantito?».
«¡Tú…!», Fiona estaba avergonzada y enojada, por lo que se quedó sin palabras por un momento. Nicole la miró con los ojos entrecerrados mientras arqueaba una ceja.
«¿Entonces es esto lo que quieres, Gregory? ¿En serio es ella tu tipo?», preguntó mirando al hombre, con una sonrisa burlona en los labios.
«Fiona, sé que tú y yo éramos mejores amigas… ¡Pero parece que eso ya quedó en el pasado!», le declaró Nicole sarcásticamente. «Verás, tenía miedo de decirte esto porque podría herir tus sentimientos, pero desde que éramos niñas, la ropa y las cosas que usabas era todo lo que yo ya no quería y te regalaba. ¡Pero veo que sigues viviendo de mis migajas! ¿No te parece gracioso?», rió con ironía. «Ahora, hasta tus hombres son de segunda mano, ¡realmente te convertiste en una experta en aprovechar lo que yo ya no quiero!».
Estas palabras obviamente lastimaron a Fiona profundamente. Su padre solía ser el chófer de la familia Ning y, debido a eso, siempre se había sentido inferior a su amiga. Por su parte, Gregory, que todavía estaba acostado en la cama, obviamente no estaba contento de ser descrito como «migajas». Entonces le gritó: «¡Eso es lo que más odio de ti! ¡Te sientes superior a todos los demás! ¿En verdad crees que eres la noble dama de la familia Ning? ¡No olvides que tu padre murió y tu familia se declaró en quiebra! Ahora, solo eres una mujer pobre e indefensa. Es muy irónico que una persona como tú intente humillarnos a Fiona y a mí. ¿Por qué no mejor nos cuentas qué hiciste ayer por la noche?».
Resultó que ellos habían planeado todo.
‘Recuerdo que él me dijo que había perdido una gran suma de dinero en Macao hace algún tiempo, y no quería que su familia se enterara. ¿Acaso me vendió para pagar su deuda?’, pensó Nicole. ¡Pero su mejor amiga la había llevado a la habitación equivocada!
Este pensamiento le provocó un escalofrío por la espalda. Entonces, miró al hombre y la mujer frente a ella y les lanzó una sonrisa sarcástica.
«¡Les contaré todo! Anoche pasé una noche maravillosa con un hombre muy bueno en el hotel. ¡Tiene el mejor cuerpo y es tan guapo! Mucho más que tú, de hecho. ¡Fue una de las mejores experiencias de mi vida!», sabiendo que Gregory era un hombre muy engreído, ella supuso que sus palabras lo provocarían. Como era de esperar, la cara del hombre se puso roja y la fulminó con la mirada, rechinando los dientes con ira.
«¡Eres una perra!», gritó.
«Sí, claro. Estoy segura de que ustedes dos disfrutarán su intento patético por tener un sexo decente», refutó ella. Burlándose, se dio la vuelta y se alejó, con sus tacones golpeando contra el suelo, como toda una reina arrogante.