Capítulo 1 La fiesta de Gaspar
Hoy sin duda será un día difícil para el pequeño Dylan, quién ha tenido una vida muy complicada, desde unos años atrás, cuando en un accidente su madre terminaría perdiendo la vida.
Dejándolo en manos de su hermana, quién tenía un hijo de la misma edad de Dylan, siendo solo mayor por una semana, este primo era Gaspar Smith.
Creyendo que su hijo estaría mejor con su propia hermana, le entregó la custodia del pequeño Dylan, junto a una cuenta bancaria, donde mes a mes era depositado una gran cantidad de dinero.
La señora Estela no sabía de dónde venía aquel dinero, solo había llegado junto al uniforme del ejército y una bandera que le habían llevado, junto con la noticia que su esposo había muerto en cumplimiento de su deber.
La señora Estela, quién en ese momento contaba con 22 años de edad y con un embarazo de 8 meses, se desplomó en la puerta de su casa al escuchar aquella cruel noticia, solo siendo ayudada a ponerse en pie nuevamente por aquel informante.
Pero a pesar de la tragedia, ella continuó su camino, era muy feliz únicamente con su hijo en aquella pequeña casa a la que ahora llamarían hogar.
Debido a no tener cómo mantenerse, ella y su hijo tuvieron que hacer ajustes a su estilo de vida, por qué su familia, le habían negado cualquier ayuda a ella y a su recién nacido hijo.
Pero un día en el que se encontraba deprimida y sin dinero, en forma de consuelo, sacaba el uniforme de su esposo, cayendo de allí la cuenta bancaria.
Así su estilo de vida mejoró de inmediato llamando la atención de su hermana mayor.
Quién se volvió cercana a la señora Estela, ya después de unos años la convenció de firmar la custodia total de Dylan, diciéndole que nadie sabía si podía pasarle algo malo.
Pero la única historia que Dylan conocía sobre su madre, era que ella había cometido, suicidó al segundo año de vida de su hijo por no poder mantenerlo.
También le habían hecho creer que su madre había salido embarazada de un hombre vagabundo que no tenía hogar, sino que vivía en la calle.
Pero qué mala decisión había tomado aquella señora, en decidir dejar a su pequeño bebé, con una persona como su hermana Vanessa, a quién los chicos llamaban Vane.
Ella lo único que deseaba era esa gran suma de dinero que su hermana recibía mes a mes y que le facilitaba la vida como para llevar una vida de clase alta.
Por lo cual su propia hermana había provocado aquel accidente, provocando la muerte a la señora Estela, horas más tarde, al llegar al hospital.
Justo hoy 28 de diciembre han pasado 15 años de la muerte de la señora Estela, también el día de Hoy Dylan está cumpliendo sus 17 años.
—Dylan, ¿por qué tardas tanto? Están a punto de llegar los invitados para la celebración del cumpleaños de tu primo, tienes que estar listo, le gritaba la tía desde arriba de las escaleras.
—Ya estoy listo, tía, le decía Dylan mientras salía de su habitación, la cual compartía con otro joven de los empleados.
Porque ese era el trato que recibía Dylan en aquella casa, lo trataban simplemente como uno más de los empleados, había trabajado en aquella casa desde que había cumplido sus 10 años.
Así salía vestido como uno más de los meseros de la fiesta.
—Asegúrate que todo esté en orden, oh mejor dicho perfecto Dylan, hoy en esta fiesta habrá personas muy importantes, aunque no lo confirmaron, puede que hoy vengan los Miller.
Qué lástima, aunque son los más millonarios de la ciudad, solo tienen un descendiente de cabeza…. ¡Ahora se habla del hecho de que está maldito, después que se le han muerto 3 novias de forma trágica!.
¡Se rumorea que desde ese hecho se ha vuelto un hombre cruel, que ha prometido que asesinara a cada persona con la que lo quieran casar!!.
—Sí, ya me aseguré que todo esté Perfecto tía, le decía Dylan.
—¿Qué te dije? No quiero que delante de Los invitados vuelvas a cometer ese error de llamarme tía de nuevo, le decía la señora Vanessa.
—Como usted desee, señora Vane, le decía Dylan haciendo más notable la palabra señora, lo que hacía fruncir el ceño de su tía.
—Hoy papá no estará porque está de viaje, así que no creas que te defenderá, le decía Gaspar.
Dylan se preguntaba porque tenían que hacer lo mismo cada año desde que él vivía con ellos, celebraban el cumpleaños de su primo el día que él cumplía años, y no solo eso, sino también el día del aniversario de la muerte de su familiar.
Aunque después de 15 años ya estaba acostumbrado, y ese día no era la excepción, de a poco el lugar se fue llenando, y el día de Dylan se volvía cada vez más pesado, le parecía que era el único mesero el cual había quedado en aquel lugar.
—Dylan, ¿Por qué no te mueves más rápido? Mis invitados tienen sus copas vacías y estoy planeando hacer un brindis pronto, le decía su primo Gaspar.
—Gaspar, ¡no puedo atender a tantas personas yo solo!! ¿No has contratado más meseros? Le decía Dylan ya preocupado al no ver más meseros.
—¿Para qué más personal?, para eso no tenemos a la Chacha Dylan, le decía Gaspar burlándose con sus demás compañeros de la escuela.
Al primo de Dylan le gustaba menospreciarlo y ridiculizarlo, porque Dylan era tan hermoso que cualquiera se enamoraba de él, la chica que a Gaspar le gustaba no era la excepción.
Sus hermosos labios rosados, sus largas pestañas que hacían contraste con sus ojos de color verde avellana, también con su cabello rojizo. Sus medidas son 1.75 con un peso de 62 kilogramos, un poco delgado para su estatura.
Como todo jovencito de esa época, él usaba su corte de cabello de uno de sus personajes favoritos, el cual pertenecía a su personaje favorito de un anime, el personaje se llamaba Gojou Satoru.
A veces él se tomaba fotos haciendo cosplay, claro, sin que su tía se diera cuenta, o encontraría una forma para castigarlo y no dejarlo volver a hacerlo.
También trataba de publicarlas solo en lugares cómo los clubes de aficionados, para no ser descubierto de igual forma por Gaspar.